El Kong se convirtió en el restaurante inevitable de París. Una mezcla de antiguo y de moderno, hasta futurista, les espera bajo esta inmensa vidriera colgada en lo alto de un magnifico edificio haussmaniano. En efecto, qué mejor que un techo y muros de vidrio para disfrutar de un panorama inolvidable ? El Puente Nuevo, el Sena, la isla de la Cité : cada ventana da para una vista diferente.
Pero no se viene al Kong sólo para disfrutar de la arquitectura parisina.
Decorado con audacia por Starck, el restaurante mezcla habilmente las inspiraciones japonesas con un mobiliario Luis XVI revisitado. ¿ El resultado ? Una decoración atrevida, futurista e inesperada, que hace de este sitio un lugar de citas privilegiado para un momento elegante y de moda.
Si la inspiración japonesa se ve en la decoración, lo es también hasta en los platos. Entre sashimi de atún y nemes de chocolate, sin olvidar tallerines japoneses « udon », la carta inventiva de Laurent Taieb mezcla perfectamente los platos japoneses tradicionales con la cocina francesa moderna. Pero para disfrutar de las luces de la mañana bajo la vidriera del Kong, nada como el brunch : hot dog de bogavante,magret de pato con bayas de sichuan, ensalada de mango y su sorbete coco ? Difícil decidir, más aun ya que sólo se trata de algunas opciones entre otras. Siempre más original y siempre muy sabroso, el Kong llega a renovarse siempre y sigue seduciendo a los clientes que se van conquistados … y que no dudan en volver por la noche para disfrutar de su club único y de una programación musical sin errores.
© Kong
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