Es en un edificio del siglo del 17 concebido por el gran Mansart donde las Fines Gueules instalan sus mesas. En un marco a la vez íntimo y elegante, donde lo contemporáneo se mezcla con lo antiguo, el establecimiento propone una cocina de tradición francesa. A través de platos inventivos, ell chef destaca productos de la región, de preferencia biológicos y de temporada. Imposible venir a cenar a Fines Gueules sin probar el ineludible tártaro de navajas que hace la fama de la casa. Ostras frescas, tártaro de atún rojo o también « boeuf bourguignon » merecen también la visita. Para acompañar su cena con un buen vino, les será suficiente escoger en una carta rica de cerca de 800 referencias. Carta que una vez más pone de relieve numerosos vinos procedentes de la agricultura biológica. Ya lo habrán entendido, aqui todo es historia de productos de calidad al servicio de una cocina de excepción.
© Fines Gueules
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