Basta con una ojeada para estar seducido por la Favorite de Sam. Universo años sesenta, mobiliario colorido y techo vegetal son invitaciones para venir a sentarse a la mesa. Aqui si se trata de hacer un salto en el pasado, es también en la cocina tradicional de las tabernas parisinas que uno entra.
Se vuelven a encontrar alli recetas ineludibles tales como los huevos a la olla, la blanqueta o también la tarrina de cerdo. Si sólo hubiera que acordarse de un plato, decidimos sin duda por la entrecot, una de las mejores de la capital. Con su decorado nostálgico hecho de mesas de formica, de mosáicos y de viejos carteles de películas, uno se siente un poco como en su casa en La Favorite de Sam. Añadan a esto una cocina de calidad y una acogida de las más cálidas y asi tienen una de las tabernas más simpáticas de la capital.

© La Favorite

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