El castillo pertenecía a un banquero antes de entrar en la historia, convirtiéndose en la residencia oficial de Napoleón Bonaparte y de la emperatriz Josefina. El castillo hasta será el corazón del gobierno francés (con las Tuileries) durante el Consulado y Napoleón se instalará alli regularmente. En su divorcio la residencia será el domicilio de Josefina hasta su muerte.
Se pueden ver alli muchos documentos de época, cartas pero también una colección variada de porcelana, pinturas, mobiliarios asi como vestidos y accesorios que le pertenecieron a Josefina y a su hija Hortense.
La evocación del castillono sería completa sin hablar de su parque de más de seis hectáreas que refleja perfectamente la pasión de la Emperatriz para la botánica con jardines a la inglesa y su magnífica rosaleda.
El castillo está muy cerca de París a unos 15 minutos de la defensa en el municipio de Rueil Malmaison, ciudad imperial, que celebra regularmente su prestigioso huésped a través de diversas manifestaciones y reconstituciones.

© karen Gallo

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