Dicen los cuentos, que en las flores habitan las hadas. Y los ateliers en Paris de Catherine Muller, diseñadora floral de renombre internacional, son una puerta de entrada a una experiencia única e irrepetible para expresar toda la magia floral artística que llevamos dentro. Y, ¿por qué no?, dar un paso fundamental en el conocimiento de este arte, para llegar a instalar nuestra propia florería o arreglar el matrimonio de nuestros hijos o nuestra mejor amiga.
A pasos del jardín de Tullerías, nos encontramos con este mágico taller. Al cruzar la puerta, inmediatamente sentimos los aromas de las flores, y nos comenzamos a deleitar con todo un mundo “secreto” pleno de colores y formas, con arreglos de todo tipo, que nos inspiran el deseo para ser también, protagonistas de obras sublimes.
Descendemos por la escalera caracol, adornada con rosas y tradicionales cubetas de agua de la campagne française, a la cave donde se realizan los ateliers. Ahí, nos esperan a cada participante, nuestras flores, las herramientas y la guía que va dando las indicaciones acerca de los tips necesarios para construir nuestros arreglos florales con el cuidado en cada detalle: para qué sirve cada utensilio, cómo unir las flores, las combinaciones de colores, las texturas sedosas de los pétalos y las características de las diferentes hierbas y hojas, que más resaltan para nuestras creaciones.
Los ateliers pueden ser de un día a tres, o una semana completa, y cada uno de ellos se realiza con un número reducido de participantes para resguardar la familiaridad y la atención personalizada de la guía. El ambiente que se vive es de una confortable convivialidad, pasando del silencio de la concentración mientras cada persona está en plena labor de construcción de su arreglo floral, a las risas, elogios y aplausos de reconocimiento para cada una de las creadoras y sus obras maestras.
Pues en estos ateliers, aprendemos y creamos in situ, las diferentes técnicas florales que vamos poniendo en práctica inmediatamente, con nuestros bouquets de flores, arbustos y hojas verdes que nos han sido designados, y así, al finalizar obtenemos nuestra creación que, por supuesto, se va con nosotros y queda como testimonio de esta experiencia transformadora. Ya que, luego de cada taller, nuestros ojos para admirar el mundo floral ya no serán los mismos, pues se abren las infinitas posibilidades de la imaginación para ir, paso a paso, creando.
La invitación donde Catherine Muller, es dejar que entre rosas, lilas, jazmines, olivos, y una infinidad de otros ingredientes del bosque, seamos constructoras y traductoras de la belleza y la perfección de la naturaleza, a través de lo que nuestro espíritu mágico de cuentos de hadas, quiera revelar.
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